Al tiempo, Huampi volvió a sus
andanzas. Pachamama se le apareció dejando suspendida en el aire una flecha, la
cual disparó y lo envolvió en nubarrones de polvo arenoso. Dijo que había sido
muy despiadado y cruel y recibiría su castigo. Un gran remolino de viento lo
alzó por los aires y un viento caliente comenzó a alejarse del lugar
arrastrando todo sobre la tierra. Desde entonces, se dice, sopla el viento
zonda cuando alguien desoye a la Pachamama.
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